La
enseñanza del español a rusohablantes
Tatiana Goglova
El aprendizaje
del español no está exento de problemas para el hablante de ruso.
Este artículo nos acerca a la problemática de esta lengua.
INTRODUCCIÓN El estado de la enseñanza
de español en Rusia
El español
en Rusia no está tan difundido como quisiéramos nosotros, los profesores que impartimos
clases de español como primera o segunda lengua extranjera en universidades, institutos
de enseñanza media y escuelas primarias. A lo largo de los últimos 30 ó 35 años
el aprendizaje del idioma español en Rusia ha sufrido algunos altibajos, por ejemplo,
en la década de los 70 había más escuelas y centros de enseñanza universitaria
donde se impartían clases de lengua española, pero, paulatinamente el español
como lengua extranjera se ha ido sustituyendo por el inglés. Las razones son obvias.
Actualmente el español se estudia en las Universidades, Institutos y escuelas
de varias ciudades rusas: Moscú, San Petersburgo, Nijni-Nóvgorod, Voronezh, Pyatigorsk
–ciudades situadas en la parte europea de Rusia; Ekaterinburgo y Chelybinsk– en
la región de los Urales e Irkutsk, una ciudad de Siberia, a unos 70 kilómetros
del lago Baikal. Durante más de tres décadas Irkutsk fue la única ciudad rusa
al este de los Urales donde se impartían clases de español como lengua extranjera
hasta que hace unos pocos años se organizó el estudio de este idioma en la Universidad
Estatal de Vladivostok, situado en la región del Extremo Oriente del país, donde
se aprende como una de las asignaturas de libre elección.
En Irkutsk el español como lengua extranjera se aprende en la Universidad Politécnica,
en la de Medicina, en la Academia de Ciencias Económicas y en algunas escuelas
primarias y secundarias, pero en ningún centro docente de éstos la lengua española
se estudia como carrera profesional.
El caso de nuestra Universidad Estatal Lingüística de Irkutsk es otro. Aquí
el español se da como la primera lengua extranjera para los alumnos del Departamento
de Español, es decir, nuestros alumnos la estudian como carrera universitaria,
como su futura profesión, ya que al graduarse en la universidad a los alumnos
se les otorga el título de Profesor de Español, lo que les permite trabajar en
centros docentes de cualquier nivel enseñando este idioma extranjero. Hace dos
años esta especialidad ha sido cambiada por la de Traductor/Intérprete de español.
También se aprende el español –como segunda lengua extranjera– en la Facultad
de Filología Inglesa de nuestra universidad. Aparte de esto, para los que lo deseen,
existe la posibilidad de aprender el español como la tercera lengua extranjera.
Lamentablemente, en los últimos años se ha reducido el número de alumnos que
aprenden de español y esto no es porque no lo quieran los jóvenes. Según los planes
del Ministerio de Educación Universitaria, se conceden más plazas de ingreso para
las Facultades de Filología Inglesa que para todas las de otros idiomas.
En nuestra universidad la carrera de profesor o de traductor/intérprete de
dos idiomas extranjeros se estudia en cinco años con, aproximadamente, diez o
doce horas de clase semanales. Estas pueden variar según el semestre y el curso.
RUSO Y ESPAÑOL Diferencias y afinidades
El Alfabeto. El idioma ruso pertenece al grupo de lenguas eslavas del
Este (junto con el ucranio y el bielorruso, idiomas que se hablan en las ex repúblicas
soviéticas –ahora países independientes– de Ucrania y Bielorrusia) y es uno de
los idiomas más difundidos del mundo por número de hablantes.
El alfabeto moderno ruso se remonta la alfabeto cirílico antiguo, creado en
los siglos IX-X por los hermanos Cirilo y Metodio para las lenguas eslavas, pero
el número de las letras y su trazado vinieron cambiándose a lo largo de los siglos
hasta que en el siglo XVIII el zar Pedro I el Grande y la Academia de Ciencias
llevaron a cabo unas reformas sustanciales, debido a lo cual del alfabeto cirílico-ruso
se excluyeron algunos signos, arcaicos ya para aquel entonces, se simplificó la
grafía de varias letras y se añadieron algunas letras nuevas. Sin embargo, algunas
de las letras excluidas por esta reforma se restablecieron y se excluyeron varias
veces más hasta que en los años 1917-1918, por un decreto del Gobierno soviético,
esas letras del cirílico antiguo fueron eliminadas definitivamente.
Así pues, el alfabeto moderno ruso basado en el antiguo alfabeto cirílico,
a pesar de que no sea cirílico del todo, es distinto del alfabeto latino del español,
pero al mismo tiempo los dos alfabetos tienen cierta semejanza: las letras mayúsculas
y minúsculas, impresas y manuscritas, aunque parece que las diferencias entre
las letras impresas y manuscritas del ruso son mayores en comparación con las
del español.
Algunas de las letras de los alfabetos ruso y español tienen las mismas grafías:
Aa, Oo, Ee, M (sólo mayúscula)
y representan sonidos más o menos iguales.
Otras son propias sólo de un idioma: españolas la Ss, Ññ,
Vv, Zz frente a las rusas ,
,,,,
y algunas otras.
También podemos destacar un tercer grupo de letras rusas y españolas que son
iguales en su escritura pero representan sonidos distintos, tales son, por ejemplo,
las letras Pp: esp. /p/ - ruso /r/; Uu: esp. /u/ -
ruso /i/; Cc: esp. /,k/
- ruso /s/; m (sólo minúscula): esp. /m/ - ruso /t/; g
(también minúscula): esp. /g,j/ - ruso /d/ y algunas otras.
Por fin, puede destacarse otro grupo de letras que, siendo distintas en su
trazado, representan sonidos más o menos idén- ticos: /i/: esp. Ii
/ Yy - ruso ; /r/:
esp. Rr - ruso Pp; /u/: esp. Uu - ruso Yy
Así pues, la primera dificultad con la cual podría encontrarse un profesor
de español trabajando con los alumnos rusos es el alfabeto, puesto que son distintos,
pero normalmente este hecho casi no causa problemas ya que para el momento de
ingresar en la universidad, los alumnos ya han estudiado en sus institutos de
enseñanza media un idioma extranjero, en la mayoría de los casos uno de los tres
más frecuentes que se estudian en el país: inglés, francés o alemán y por eso
están acostumbrados –aunque sea en un grado mínimo– al alfabeto latino. Por lo
tanto, las dificultades relacionadas con el alfabeto latino no son demasiado graves
para nuestros alumnos ni duran mucho, aunque, claro, pueden equivocarse y leer,
por ejemplo, /son/ en vez de la preposición española con
o /u/ en vez de la conjunción y. Pero en la mayoría de los
casos estas confusiones se producen sólo en la primera etapa del aprendizaje de
español, durante el período que llamamos “Curso de Introducción Fonética” que
dura un mes y medio o dos meses, como máximo.
Nivel fónico. Más difícil resulta la pronunciación, el aprendizaje del
sistema fónico del español. Aquí surge el problema de la interferencia del sistema
fónico nativo que afecta tanto las vocales como las consonantes. Y es que, mientras
“en el sistema vocálico castellano apenas si es posible hablar de vocales relajadas”
(Quilis Morales, 1991:13)1, en ruso sucede todo lo contrario: todas
las vocales inacentuadas se pronuncian de manera relajada, descuidada, sobre todo
la O y la E. En nuestro idioma, la pronunciación relajada
–¡normativa!– de la inacentuada O hace que este sonido suene como
/a/, relajada también, aunque en menor grado, y la E se pronuncie
como /i/: MOOKO (molo´ko)
= /mala´ko/; TEATP (t’e´atr) = /t’i´atr/. De aquí viene la manera de los rusohablantes
de pronunciar la O y la E españolas “a la rusa”: SONORO/sa´nora/;FOTO/´fota/;
BEBIDA /bi´bida/; ALEGRAR /ali´grar/. La manera de
pronunciar así las vocales inacentuadas, o sea la transferencia negativa del sistema
fónico nativo de los rusos, les dura a algunos alumnos bastante tiempo, pero por
regla general se supera tarde o temprano.
Las vocales rusas se clasifican en duras (a, o) y blandas (e, i). Este hecho
es de mucha importancia en ruso puesto que las blandas palatalizan casi todas
las consonantes que las preceden de modo que la mayoría de las consonantes rusas
tienen dos variantes: blanda, o palatalizada y dura. Pues bien, al aprender la
pronunciación de los sonidos consonánticos españoles y transfiriendo el sistema
fónico ruso al del español los alumnos rusos normalmente palatalizan las consonantes
–¡duras!– españolas, aunque este rasgo sea ajeno al sistema fónico que se aprende:
DÍA /´d’ia/; PISO /´p’iso/.
Hay otros problemas más que acarrea el aprendizaje de la pronunciación de los
sonidos consonánticos españoles, sobre todo, de los que no existen en nuestra
lengua nativa.
En primer término, éstos son los fricativos sonoros, variantes de respectivos
oclusivos sonoros /b, d, g/, como /,,/,
los que, en cambio, resultan fáciles para los rusohablantes, puesto que existen
en nuestro idioma:
un vaso el
vaso
un duro algo
duro
un gato
una gata
En todos estos casos, los errores de pronunciación de nuestros alumnos no llegan
a tener carácter fonológico, o significativo, ya que la variante fricativa de
la /b/ se sustituye por un sonido muy parecido ruso /v/, sólo que éste es labiodental
mientras que aquél es bilabial. Las variantes fricativas de la /d/ y la /g/ en
el peor de los casos son sustituidas por las variantes oclusivas correspondientes,
lo que se califica como errores no fonológicos, no significativos. Sin embargo,
si se tiene en cuenta que los alumnos aprendices de español de la Universidad
Estatal Lingüística de Irkutsk aspiran a ser profesores o traductores/intérpretes
de este idioma, queda claro que tampoco son deseables estos errores no fonológicos,
y los profesores que imparten clases de fonética prestan mucha atención a la correcta
realización de estas variantes consonánticas para disminuir en lo posible el acento
ruso que, como es lógico, caracteriza la pronunciación de nuestros alumnos, sobre
todo en la primera etapa de aprendizaje de español.
Tampoco es fácil para los rusohablantes la pronunciación de la fricativa /s/,
que en algunos de los manuales rusos de fonética española se describe como un
sonido intermedio entre la fricativa dental sorda /s/ y la fricativa palatal sorda
//. Se sabe que esta consonante
en su pronunciación varía entre España y los países de América Latina. Y como,
de hecho, la consonante rusa /s/ se asemeja más a la variante latinoamericana
de la /s/ que a la española, queda evidente que algunos alumnos la pronuncian
a la manera latinoamericana.
Hay también otros sonidos consonánticos que no son nada fáciles de pronunciar
para los rusohablantes. Son la consonante interdental sorda //
- “zumo” y la palatal sonora //
- “calle”.
En ruso no existe el sonido correspondiente a la grafía z, ni nada que se le
parezca, por eso algunos lo sustituyen por /s/, es decir, sesean como en América
Latina o en Andalucía. Otros, los que pronuncian el sonido inglés de thing,
lo trasladan al sistema fónico español y así resuelven el problema.
En cuanto a la pronunciación de la líquida lateral //:
calle, llanto, lluvia parece que, aunque
en todos nuestros manuales de Fonética española tradicionalmente se describe este
sonido, no es tan necesario enseñárselo a los alumnos rusos puesto que la mayoría
de los españoles y todos los hispanohablantes latinoamericanos no lo pronuncian,
son yeístas.
Y por último, quisiera mencionar la nasal ñ, que tampoco existe
en ruso y por lo tanto su pronunciación presenta ciertas dificultades. Algunos
alumnos la sustituyen por la variante blanda de la /n/ rusa. Estos sonidos español
y ruso no son idénticos por sus características: el ruso es sonante nasal dental
blando, el español nasal linguopalatal sonoro, pero son algo parecidos. En cualquier
caso, la sustitución de la ñ española por la n blanda
rusa da paso a un error de carácter no fonológico y por lo tanto admisible en
las primeras etapas de aprendizaje de español como lengua extranjera.
Nivel morfosintáctico. Pasemos ahora al campo de la gramática donde,
según parece, nos esperan dificultades más graves. El problema más serio, más
difícil es el aprendizaje del uso y distribución del artículo. En primer lugar
eso se debe al hecho de que la categoría gramatical del artículo no existe en
nuestro idioma. Es cierto que los alumnos que ingresan en nuestra Universidad
Lingüística para aprender el español ya tienen algunos conocimientos –aunque en
algunos casos pueden ser mínimos– sobre las formas y el empleo del artículo por
haber estudiado en los Institutos de enseñanza media un idioma extranjero, pero,
con todo, el uso y la distribución de las formas del artículo en español no se
hace más fácil para ellos. Y, por extraño que pueda parecer, el error más frecuente
es el abuso de este signo morfológico, sobre todo en las etapas avanzadas del
aprendizaje de español. Por carecer el idioma ruso de esta categoría gramatical
sería más lógico, al parecer, que los rusohablantes no lo usáramos donde debería
emplearse, pero a la hora de producir enunciados sucede todo lo contrario. Quizá
esto pueda explicarse por una especie de la llamada hipercorrección: los alumnos
saben que el español tiene este signo que acompaña al sustantivo y lo ponen.2
En cualquier manual de español de los que poseemos se dan numerosas reglas
de empleo tanto del artículo determinado como indeterminado pero parece que el
uso del artículo indeterminado resulta más difícil, sobre todo en las etapas avanzadas
del aprendizaje de español, cuando los alumnos no sólo reproducen, sino que producen
–o, por lo menos, tratan de producir– sus propios enunciados expresando sus ideas,
pensamientos o sentimientos. Y ya que se sabe que el artículo indeterminado español
es el que más potencia expresiva tiene, el no usarlo empobrece considerablemente
el lenguaje de los alumnos. El único medio eficaz para aprender a usar el artículo
que vemos los profesores es leer obras de distintos géneros literarios, leer a
buenos autores –y no sólo clásicos, sino también contemporáneos– fijándose en
el empleo de este signo morfológico que “acompaña al sustantivo” y que tan a menudo
nos parece enigmático.
Otro problema gramatical que resulta difícil para los rusohablantes es la posición
del adjetivo atributivo en el sintagma nominal. En ruso la norma gramatical exige
que todos los adjetivos, sean calificativos o relativos, en su función atributiva
se antepongan al sustantivo modificado. Los casos que permiten infringir la norma
son escasos. En cambio, en español la ante- o postposición del adjetivo calificativo
respecto al sustantivo depende de varios factores que, a veces, son difíciles
de explicar: Blancas nubes / Nubes blancas asomaron en el
horizonte (ejemplo de S.Gili y Gaya). Y aunque , al parecer, los errores
de este tipo en su mayoría no impiden el entendimiento entre los interlocutores,
para los futuros profesores de español o intérpretes y traductores de este idioma
sería mucho mejor que se manejara correctamente el problema.
Otra de las más serias dificultades en el aprendizaje de español para los rusos
es el uso y distribución de los tiempos de pasado. Genera estas dificultades el
hecho de que en nuestro idioma hay sólo un tiempo pasado frente a los cuatro que
existen en español. De estos cuatro tiempos son el pretérito indefinido
y el pretérito imperfecto los que más errores provocan en su uso.
En la producción tanto oral como escrita de nuestros alumnos son frecuentes
las frases como
* Ayer te llamaba tres veces y no estabas.
* Nunca tenía coche.
Los errores de este tipo pueden explicarse por la transferencia negativa de
la categoría gramatical de aspecto verbal, que afecta todo el sistema verbal ruso
y presenta dos modalidades: el aspecto perfectivo e imperfectivo.
El primero expresa una acción terminada en pasado o futuro, que tiene o puede
tener resultado, mientras que el segundo señala acciones habituales, reiterativas
o durativas sin puntualizar si han sido llevadas a cabo o no.
En algunos manuales de la teoría gramatical de español o libros de consulta
rusos se habla de ciertos rasgos que tienen en común el pretérito imperfecto español
y los verbos imperfectivos rusos sin precisar a veces sus diferencias significativas.
Son estas observaciones y la transferencia negativa de la lengua nativa de los
estudiantes rusos de español lo que hace que los alumnos empleen el imperfecto
en las frases mencionadas y en muchas otras dado que en su lengua materna usarían
un verbo imperfectivo. Y si se toman en cuenta los valores secundarios o discursivos
del imperfecto español –casos de uso del imperfecto que están más allá de la norma
y los que ni siquiera se mencionan en nuestros manuales de gramática práctica–
el problema se complica más para nosotros:
1. La Feria del Mueble se clausuraba hoy, ¿no?
2. El autobús a Barcelona de mañana salía a las ocho,
¿verdad?
3. Ah, si eras tú.
Ejemplos como estos y muchos otros son los que cita y analiza en su artículo
María Luz Gutiérrez Araus, que para nosotros, los rusos, son difíciles de entender
y de usar.
Son bastante frecuentes también los errores referentes al uso de los verbos
SER y ESTAR. En ruso hay un único verbo
para estos dos verbos españoles (el cual normalmente se omite en presente).3
En la primera etapa del aprendizaje de español nuestros alumnos a veces se
equivocan en los casos más sencillos de uso de SER y ESTAR.
Con el tiempo, en las etapas más avanzadas del aprendizaje, las normas gramaticales
de uso de estos verbos quedan más o menos interiorizadas, y, sin embargo, las
dudas al respecto no desaparecen del todo. En el uso de estos verbos influyen
factores muy diversos los que no siempre se explican en nuestras gramáticas. He
aquí algunos ejemplos tomados casi al azar:
La fruta es verde / está verde.
El agua es fría / está fría.
El coche es nuevo / está nuevo.
De los libros que leen, nuestros alumnos sacan muchos ejemplos que son díficiles
no sólo en la etapa productiva –oral y escrita– sino también en la etapa perceptiva.
Cecilia Méndez Cea en el artículo “Ser y estar, más allá de las normas” dedicado
a estos verbos da toda una lista de ejemplos –muy interesantes a mi modo de ver–
del uso de los verbos ser y estar que son difíciles de entender
para nosotros.
Algunos de sus ejemplos me permitiré citar aquí:
“Seguro que tienes razón, y esta paella es especialmente buena,
pero está malísima.”
“A mí no me interesa si Antonio Banderas es bueno o malo, pero
no me discutirás que está buenísimo.”
“Mi abuela Mercedes dice que es viuda, en cambio mi vecina del
quinto dice que está viuda y los vecinos comentan que es una viuda
alegre.”
Los comentarios de los ejemplos que hace la autora del artículo nos quitan
muchas dudas pero me temo que en un momento cualquiera aparece otro ejemplo de
uso de estos verbos y las dudas volverán.
Otro problema gramatical que causa dificultades para nuestros alumnos es el
empleo del modo subjuntivo, sobre todo en algunos tipos de oraciones subordinadas,
como las de sujeto, de relativo, de condición y concesión. Según creo, esto se
debe al hecho de que en nuestros manuales de español el material referente a esta
categoría gramatical se expone de una manera algo formalista: en muchos casos
se enumeran verbos, expresiones o conjunciones que exigen uno u otro modo gramatical
sin que quede bien clara la diferencia significativa que pueda haber entre las
estructuras en las quese trata de un hecho presente y donde el subjuntivo compite
–formalmente– con el indicativo: Aunque haga / hace
mal tiempo voy a salir.
En los manuales de teoría del lenguaje se exponen muchas teorías que pretenden
explicar el empleo de subjuntivo, pero que no siempre son de gran ayuda para los
alumnos a la hora de producir sus propios enunciados.
En nuestra Universidad Lingüística dedicamos casi un semestre entero (del segundo
curso) al estudio de este tema y sin embargo el subjuntivo resulta realmente difícil
para los alumnos rusos, por eso, siempre que pueden, tratan de sustituirlo por
otras estructuras en las que no se verían obligados a elegir entre el subjuntivo
y el indicativo, elección que no es nada fácil tampoco por la necesaria concordancia
de los tiempos gramaticales.
El problema de la concordancia de los tiempos es otro de los que más dolores
de cabeza nos dan. La causa es evidente, en nuestra lengua no hay más que cuatro
tiempos gramaticales: un presente, un pasado y dos tiempos de futuro, los últimos
se distinguen por su carácter perfectivo o imperfectivo.
Apunte final
Estos son los problemas gramaticales más graves que encontramos en español
tanto para enseñar como para aprender. También puedo mencionar algunos otros,
como, por ejemplo, el uso de las preposiciones; el empleo de las perífrasis con
infinitivo, gerundio y participio; casos de discordancia entre el sujeto y predicado.
Quizá pueda parecer que sean demasiados los problemas que tienen que
superar los alumnos rusos al enfrentarse a la tarea –nada fácil, por cierto– del
aprendizaje de español, pero a pesar de todas las dificultades un buen número
de alumnos, al terminar su carrera, alcanza un nivel que les permite enseñar este
idioma y –esperamos– que les permita también trabajar de traductor o intérprete,
cuando el primer grupo de nuestros estudiantes termine esta carrera, que de momento
es nueva para la Universidad Estatal Lingüística de Irkutsk.
Lo que sí deja que desear es el dominio del español coloquial en todas sus
modalidades, puesto que ningún manual, ninguna gramática, ningún libro, por muy
buenos que sean, pueden enseñarnos cómo es una conversación “normal”, espontánea,
que surge a cada momento entre los hablantes de un mismo idioma, cosas que se
aprenden con facilidad cuando un extranjero vive cierto tiempo en el país cuyo
idioma quiere conocer y dominar.
Notas
1.- La inestabilidad de las vocales átonas españolas
(*redículo, *siguir, *vistido,
etc.) se considera un rasgo vulgar, aunque muy extendido (Quilis Morales, 1991:33)
mientras que en ruso tal relajación o inestabilidad de las vocales se prescribe
por la norma.
2.- Según los datos de I. Santos Gargallo (1993:108-110),
los estudiantes serbocroatas -cuya lengua nativa, el serbocroata, igual que el
ruso pertenece a la familia de lenguas eslavas y asimismo carece de artículo-
también abusan de él (48 casos de adición innecesaria del
artículo frente a 43 de omisión indebida).
3.- En algunas estructuras este mismo verbo ruso equivale al
verbo español HABER, en otras al verbo TENER y en las frases "meteorológicas"
a HACER. Así pues, las frases españolas (Él era médico,
(Él) estuvo en el cine; (Él) tenía un hermano; En la sala
había una mesa y Ayer hizo viento pueden crear problemas en la produccíón
tanto oral como escrita de los hablantes de ruso, puesto que en todos estos casos
se emplearía la misma forma de pasado del verbo .
Bibliografía
-.Quilis Morales, A. Lengua Española I (para Filología).
Unidad Didáctica 4. UNED. Madrid, 1991.
-.Santos Gargallo, I. Análisis Contrastivo: Análisis
de errores e interlengua en el marco de la Lingüística Contrastiva.
Madrid, 1993.
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